miércoles, 17 de diciembre de 2014

"Y él reinaba en su total excentricidad."

"No llegues tarde", y aquí estamos, esperando en el andén y cogiendo el primer tren que pasa para intentar, al menos, no sentirnos tan vacíos. He aquí la evidencia de que, si te pedí que no te fueras, fue más por oxígeno que por corazón, aunque reconozco que te queda fatal el invierno, amor.
No agrada al espejo percatarse de cómo giran las cosas, cómo vuela la música o cómo cambian los papeles. A mí nunca me gustó verte llover, pero ahora me estoy acostumbrando. Y a mí la lluvia nunca me trajo nada bueno.


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