miércoles, 17 de diciembre de 2014

"Y él reinaba en su total excentricidad."

"No llegues tarde", y aquí estamos, esperando en el andén y cogiendo el primer tren que pasa para intentar, al menos, no sentirnos tan vacíos. He aquí la evidencia de que, si te pedí que no te fueras, fue más por oxígeno que por corazón, aunque reconozco que te queda fatal el invierno, amor.
No agrada al espejo percatarse de cómo giran las cosas, cómo vuela la música o cómo cambian los papeles. A mí nunca me gustó verte llover, pero ahora me estoy acostumbrando. Y a mí la lluvia nunca me trajo nada bueno.


martes, 2 de diciembre de 2014

Pandora

Me deslizo. Me arrastran las nubes grises que llenan mi habitación. Las que se han mudado desde tu casa, esas mismas tormentas. Las mismas que inundan mi autoestima noche tras noche, cigarro tras cigarro. La misma niebla que me deja seguir viva, porque así no duele tanto mirar el mundo de frente. Me protege día tras día, canción tras canción.
Aunque supongo que siempre estuvo fuera del alcance humano poder elegir la música y las musas de cada estación. 
Levito dentro de cada gota de agua, intento dejarme llevar. Ellas me guían, me dicen: "Corre, ven, por aquí, ¡corre!". Y yo no les hago caso y le doy otro trago al café ya helado: "Pero, ¿en qué momento me habéis traído hasta este callejón?". Pero me toman la mano y me llevan despacio, lento, hasta el fondo del abismo. 
Supongo que hay laberintos de los que nunca podré salir.
Se desquebrajan las baldosas del entramado de recuerdos a cada paso. Crecen las grietas, crece el precipicio que forma tu pecho y tu mente. 
Aunque supongo que seguiré avanzando, hablando con la lluvia y dejando que sean tus propios cruces de caminos los que descifren todas y cada una de las dudas que me conforman a mí, la Caja de Dudas de Pandora.



martes, 28 de octubre de 2014

...¿cómo voy a continuar?

Pulso acelerado. Sudor frío. 
Cuando sientes el miedo agarrotando cada parte de tu cuerpo, cada extremidad, hasta las pestañas, te sientes a ti mismo en un punto muerto de inflexión. No hay antes ni después, sólo presente. Y el presente es sobrevivir. Rezas a la nada que gobierna por no caer. En el fondo, lo sabes: ¿quién va a ayudarte?
Pupilas dilatadas esperando el peligro. ¿Cuál? No existe. Sólo silencio. Sólo... Nada.
Y es esa nada, ese abismo en el pecho el que aterrorizaría al más valeroso héroe. 
El vacío, de donde no se puede escapar, de donde no se puede huir. Donde los gritos de fantasmas pasados te condenan a vagar. Sin rumbo porque, ¿qué importa? Nada es nada, polvo al polvo.
Miedo.
¿Cómo puedes seguir caminando mientras arde el suelo?
Si tu magia ya no me hace efecto...
¿A qué aferrarse cuando sabes que, antes o después, todo va a desvanecerse?
¿Cómo quedarse, si ya ves la tormenta aproximándose al último campamento base?
Si me sueltas entre tanto viento...



viernes, 22 de agosto de 2014

Complejo de heroína.

Ella observaba cada detalle. Paseaba lento la mirada por una habitación que parecía haber perdido el poco sentido que alguna vez logró tener. Cada rincón se convertía en una pesadilla, y las pesadillas no son más que recuerdos.
Los síntomas de aquel perfecto síndrome de abstinencia se hacían cada vez más evidentes, pero jamás aceptaría ni confesaría aquella dependencia. Sangre, amor. Heroína. 
Las sábanas quemaban su piel, que había dejado de ser suave, por la ventana se deslizaba el invierno nacido en agosto. Wye Oak seguía sonando. La luz huía. El espejo susurraba. Sus ojos esquivaban cicatrices.
Ella siempre había buscado soledad, calma, amaneceres sin dueño, cartas sin remitente, relatos sin firma. 
La necesidad era evidente, pero hacía mucho que su único salvavidas se había ido. El único capaz de no permitir que se hundiera en sus gotas de agua. Pero hacía demasiado que se había ido.



jueves, 12 de junio de 2014

¿Metamorfosis?

    El viento sopla afuera. Me acompaña tras la ventana, meciendo una vista de frutales que casi arañan las nubes de cúpula resplandeciente, dorada, brillante. 
    El Sol viene y se va. Viene y se va. Me besa y me abandona de nuevo.
Tres palomas torcaces componen el inicio de algo de Tiersen sobre el tendido eléctrico. A pesar de todo, sigo viendo música hasta donde no la hay.
    No acecha lluvia, y me alegra no haber vuelto a ver el ría inundado, teniendo en cuenta todo lo que un día precedió.
    Me pregunto, en estos frecuentes momentos de debilidad, si merece la pena seguir viviendo. O si yo la merezco. No es que piense que la existencia, en sí, sea inútil; simplemente, no me veo lo suficientemente valiente como para cumplir todos los sueños propuestos. Creo que nunca dejaré de ser esa lista de promesas en un cuaderno negro. Aún no he conseguido tachar ninguna.
    Quizás sería preferible olvidar toda mi naturaleza, y quedar protegida en un eterno letargo. Hibernar en una crisálida de seda hasta que mi alma considere oportuno dejar de dolerme.
Tal vez, cuando despierte, el mundo se habrá convertido en una preciosa mariposa.

domingo, 20 de abril de 2014

ART NEVER CAME FROM HAPPINESS

Tenemos toda la lluvia encerrada en jaulas de plata, para dejarla salir solo cuando llegue la inspiración.
Tenemos la Luna en una esquina del salón, y Casiopea no hace más que morirse de envidia.
La última caricia recibida se toma una copa de tinto con nosotros en la puerta del jardín, justo antes de que venga el Sol a morirse aquí mismo. Mientras tanto, un poeta olvidado llueve al otro lado del cristal.
Las musas no me creen cuando les rezo. Me confiesan que ningún mar tiene tus ojos; juran no haber visto nunca nada igual. Sentada en el tejado observo al amor rebosar de este vaso roto. Cuánta ilusión precipitando.
Aquel alba incorregible por las persianas no ha vuelto desde que tú estás. ¿Le habrás intimidado, acaso, demasiado?
El aire no nos toca, sino que se lanza al vacío cuando roza nuestras pieles enfrentadas cada viernes noche.

Reunimos todas las artes pero, cariño, la música eres tú.

miércoles, 26 de febrero de 2014

ODISEA

  Encontré a mi alma por sorpresa en la cima de las nieves perpetuas de la montaña que comenzaba, con gran letargo, a amanecer. Aquel helador insomnio parecía, a primera vista, estar a siglos del suelo, mas poco a poco se disipó la niebla que me cegaba y allí estaba: a una hora de bajada escarpada, sembrado el inexistente camino por galgas afiladas como si Zeus las hubiese pulido a mano, fluía, incesante, el río rumoroso y cristalino, asalvajado. Seguía su huida la bruma y cruzose por mis ojos un corzo de pelaje aún moteado. Dulce y joven, desde la orilla observaba el agua con desesperación y rabia por su pata quebrada; culpable fue el cepo que de ella colgaba, o eso dedujo mi pena. ¡Pobre, que lo vi entonces persiguiendo el río y aún no lo encuentra! Ansiaba la libertad que el deshielo le otorgó al agua y que al cervatillo negó la primavera.
  La escena me obligó a apartar la mirada, que ya sufría más por mí que por él, y al tornar descubrí, prolongándose desde el final de la suave ladera de hierva, un vasto prado reinado por jaras, lavandas y amapolas que compartían el mandato sobre las blancas alevillas que vibraban sobre el rocío. Descendí al son de los jilgueros, deslicé mi cuerpo por el verde de natura. Pero me envenenó, de pronto, el ardor de la verdad: nada de mullidos helechos ni perfectas scabiosas, todo eran traicioneras ortigas.
  Parecía no encontrar su fin aquel dolor, que era más por la decepción que me supuso el Edén que por el urticante ataque a mi piel desamparada, cuando de repente apareció, como en mitad de un sueño, el mar. Sin playa ni cal que lo precediera, el mar súbito e inesperado, eternamente en calma, inexorable, extenso hasta el infinito, el mar.
Ansiada paz, ansiado refugio. Desterrado quedó mi caos.

domingo, 9 de febrero de 2014

Shine on you crazy diamond

Todo esto acabará explotando, pero hasta que explote, quédate con lo bueno. O quédate, a secas, y consigue que yo huya de mis propios fantasmas. Yo te dejo que captures y hagas posesión tuya de todo lo que veas aquí; prometo que la conquista será fácil, sólo te ruego que descartes el asedio, no aguantaría mucho la sed sin ti; te prometo que no opondré resistencia, ya sabes.
Que cualquier solo de jazz no es lo mismo si no estás aquí, e incluso empiezo a plantearme la etimología, origen y ascendencia de la música cuando oigo a tus dedos paseando por mi pelo. ¿Qué has hecho? Últimamente las reflexiones inundan mi cabeza, tan llena de letras desordenadas que buscan desesperadamente la reacción a tu nombre, tan inalcanzable. A tu llegada incluso parece que se han ido muchas sombras, pero a la vez luchan con mi razón para quedarse, porque a pesar de todo sigo sintiendo que eres demasiado y yo no soy nada ni tú algo que merezca, y sigo pensando que todo lo mejorable debe mejorar.
Bésame las penas, alégrame las cicatrices, cúrame los días y bébete mis noches. Tengo mucha piel para que la desgastes y todo el tiempo del mundo para esperar a que lo hagas.

Repito, ¿qué cojones has hecho? ¿Qué hago escribiéndote esto? Demasiado bonito todo, mucha mierda, mucho sueño suelto volando sin motor. El golpe será precioso.