miércoles, 20 de marzo de 2013

When you lose something you cannot replace

¿Quién iba a preocuparse por la muerte de un ángel? Pero un ángel no es alguien sino un par, que más que un par son uno. Lo que quiero decir, es que nosotros teníamos alas.
Alas, alas celestes y blancas, rotas alas, combatidas y ahora, sin plumas. Alas, pero no motores. Volar cansa, fatiga, y acabamos amaneciendo en el asfalto, y a mí me duele más la caída, veintidós fracturas y ocho esguinces, y tú sales únicamente con algún arañazo que no dejas ver.
Alas, alas celestes y sin motores. Alas caducadas. Intento despegar pero, ¿cómo sin tu pecho? ¿Sin mi libertad, cómo?
Ya hace meses que empezaste a precipitarte al mar, a la sal, a las rocas, la lluvia lo recuerda, pero yo... Yo volaba con los ojos cerrados. La confianza y la esperanza eran plenas, la caída, imprevisible.
¿Quién iba a preocuparse por la muerte de un ángel? Y lo más importante, ¿quién iba a preocuparse de salvarle?
Quién, si no se salva él mismo.



miércoles, 13 de marzo de 2013

Versículo aficionado, muy connotado.

Siento que se pudre. Que nos apagamos
y yo fluyo,
y tú huyes.

Que los amaneceres se oscurecen
y que tus manos ya no
me miran
igual.

Que los amaneceres se consumen
y que tus ojos ya no
me quieren
tocar.

Porque cuando el miedo se apodera de tus pestañas,
y la depresión de mis mejillas queda húmeda,
ya no queda nada que hacer.

Ni nada que miren tus manos.
Ni nada que toquen tus ojos.

Y yo fluyo.
Y tú huyes.
Y "nosotros" acabará siendo
el muro de Berlín.