Siento que se pudre. Que nos apagamos
y yo fluyo,
y tú huyes.
Que los amaneceres se oscurecen
y que tus manos ya no
me miran
igual.
Que los amaneceres se consumen
y que tus ojos ya no
me quieren
tocar.
Porque cuando el miedo se apodera de tus pestañas,
y la depresión de mis mejillas queda húmeda,
ya no queda nada que hacer.
Ni nada que miren tus manos.
Ni nada que toquen tus ojos.
Y yo fluyo.
Y tú huyes.
Y "nosotros" acabará siendo
el muro de Berlín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario