Alas, alas celestes y blancas, rotas alas, combatidas y ahora, sin plumas. Alas, pero no motores. Volar cansa, fatiga, y acabamos amaneciendo en el asfalto, y a mí me duele más la caída, veintidós fracturas y ocho esguinces, y tú sales únicamente con algún arañazo que no dejas ver.
Alas, alas celestes y sin motores. Alas caducadas. Intento despegar pero, ¿cómo sin tu pecho? ¿Sin mi libertad, cómo?
Ya hace meses que empezaste a precipitarte al mar, a la sal, a las rocas, la lluvia lo recuerda, pero yo... Yo volaba con los ojos cerrados. La confianza y la esperanza eran plenas, la caída, imprevisible.
¿Quién iba a preocuparse por la muerte de un ángel? Y lo más importante, ¿quién iba a preocuparse de salvarle?
Quién, si no se salva él mismo.
No todos los angeles caen directamente al asfalto, siempre hay parte de los angeles oscuros que salvan a los angeles caidos en el ultimo momento, pero aun asi los angeles oscuros parece ser que no tienen suficiente poder para hacer que los angeles blancos y puros caidos no derramen lagrimas. Es algo inevitable aunque los angeles oscuros nunca piden nada a cambio, siempre se ha creido que estan solo para salvar a los angeles de alas blancas.
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