miércoles, 3 de junio de 2015

Sin azúcar

Hoy he visto unos ojos tristes, una mirada de odio felino, enfermizo, y pensé si sería así la tuya. Ni hablar. Lo pensé solo un segundo. Y qué vuelco.
El amor es para el verano, como las bicicletas. Con el frío, el amor se agrieta y podría llegar a romperse en mil ínfimos trozos que después tendríamos que recomponer. Juntos o por turnos. 
Hoy he visto unos ojos llenos de tristeza. Y qué vuelco.
Nos encanta querernos, pero solo de vez en cuando. Sin azúcar, por favor. Gracias. Querernos dentro y en lo alto de una Torre de Marfil, como Rubén. 
Hoy he visto unos ojos llenos de tristezas. Y qué vuelco.
El aire se enrarece. Se hace extraño. Se hace denso debajo de este cielo y ni siquiera hemos intentado remediarlo. La humedad, el moho y el sueño se cuelan por debajo de la puerta, igual que huye mi recuerdo por el acantilado de tu pecho. 
Hoy he visto una tristeza llena de ojos. Y qué vuelco.

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