Extraños seres, los humanos. Nosotros, a los que nos hace más daño una palabra que un golpe y las decepciones nos cambian más que las ilusiones, y más que el amor correspondido.
¡Qué estúpidos, que no sabemos que erramos hasta que el fallo es irreversible!
Contradictorios seres, que nos encanta encendernos a base de insomnios y suicidarnos a base de besos... Aunque, disculpe, qué forma tan bonita de morir.
Y, en fin, qué deciros que no sepáis. O recordáis. O qué sé yo que pensáis.
Porque creo que todos acabamos descubriendo que los mejores cuentos son de miedo, y que las primeras veces con flores y bombones nunca salen bien.
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